La protección solar desde temprana edad

La protección solar desde temprana edad

Es el momento del año que a ellos más les gusta. Juegan, corren, nadan, se zambullen en la piscina y en el mar con todo ese desenfreno que los hace únicos.

Los chicos disfrutan del verano como nadie, pero para que todo ese disfrute evite efectos irremediables en su piel, los padres  debemos estar atentos a ese gigante que está presente durante todo el día, el sol.

Debemos de ser conscientes que tomar el sol en un tiempo moderado es saludable para nuestra salud, si sobrepasamos ese tiempo límite podemos sufrir graves consecuencias, recordemos que el sol es acumulativo y muchos de sus efectos pueden ser a largo plazo. 

 Al desarrollo del cáncer de piel contribuye toda la exposición solar acumulada durante la vida, incluida la infancia y la adolescencia. La piel recuerda cada quemadura, bronceado o efecto de la radiación solar recibida hasta el momento actual.

Los más vulnerables 

Los niños con alguna o varias de las  siguientes características resultan especialmente vulnerables al cáncer de piel:

  • Los que tienen la piel blanca o muy clara (se queman con facilidad y casi nunca se ponen morenos). Suele tratarse de niños rubios o pelirrojos.
  • Quienes presentan una historia familiar de cáncer de piel, especialmente melanoma, tienen un riesgo elevado de contraer cáncer de piel.
  • Los niños son sometidos a exposición solar muy frecuentemente en los primeros años de vida. Un indicador especial de riesgo es haber sufrido muchas quemaduras solares de cualquier tipo durante la infancia, o al menos dos quemaduras solares de tercer grado (con ampollas).
  • Los que presentan lunares “raros” o de apariencia inusual. Lunares en número elevado o muchas pecas también conllevan un riesgo considerable de desarrollar cáncer de piel a lo largo de su vida. Las pecas indican la existencia de una alta vulnerabilidad a la acción dañina del sol.

La importancia de prevenir

La mayor parte de la exposición solar de una vida se recibe durante los primeros 18 años, debido a que los niños y adolescentes dedican más tiempo a actividades al aire libre que la mayoría de los adultos, especialmente en verano.

Proteger la piel del bebé y del niño de los rayos solares no sólo previene las quemaduras solares en el momento  de aplicación de estas medidas protectoras, sino que también contribuye a prevenir la aparición de problemas más serios en el futuro.

Además, durante la exposición solar los niños deben estar correctamente hidratados, por lo que hemos de ofrecerles líquidos, sobre todo agua, con frecuencia.

Es importante destacar que, aun siendo los fotoprotectores un arma extremadamente útil para protegerlos del sol, no son 100% eficaces en todos los casos, ni evitan 100% el riesgo de quemaduras solares. Por esto se recomienda, además de las cremas, utilizar otros métodos de protección como sombrero, gafas de sol o camisetas.

En MedLight estamos convencidos que, en los niños, cuanto menos sol, mejor, ya que la exposición solar en la infancia y las quemaduras pueden repercutir en el riesgo futuro de cáncer de piel. En cualquier caso, existen numerosos recursos que nos permiten llevar a cabo una adecuada fotoprotección sin que los niños tengan que privarse de sus juegos o sus baños veraniegos. 

Tenemos los mejores sombreros para niños y bebes con la máxima protección solar UPF50+ que los mantendrán protegidos y felices bajo el sol.

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